Morbo digital volúmen 1: El porno y el sexo ha llegado a los grupos de whatsapp

Capital Uno
7 min readJul 14, 2020

¿Qué hay de acción hoy? ¿Alguien sabe si algún lugar está abierto? ¿Alguien con ganas de coger? ¿Alguien tiene lugar para coger? ¿Alguna casa para armar una orgía? Son las preguntas inquietas y ansiosas que a diario se leen en los diversos grupos de chat de sexo y encuentros gay de whatsapp de todos aquellos que se dejan llevar por las pasiones de sus calenturas y de sus braguetas y que suelen tener una gran parte de su pensamiento y de su entretenimiento diario depositado en el sexo.

La gente que solía darse sus escapadas y revolcones en los múltiples lugares de encuentro para conseguir sexo gay como saunas, cuartos obscuros, bares, cabinas, baños públicos de centrales camioneras, tiendas departamentales, escuelas, baños de reconocidas cadenas de gimnasio, y otros lugares más, ahora están volcados en la única opción que queda para saciar el feroz apetito sexual: lo digital. Las opciones les han sido reducidas con las medidas de aislamiento social por la pandemia pues las actividades en el exterior estaban restringidas.

Ya no podían quedar en lugares clandestinos para follar pues el miedo de contagio se apoderaba de unos mientras que otros desafiaban las recomendaciones, así como lo hacen con la transmisión de enfermedades sexuales que de forma usual no les ha importado mucho 🤦‍♂️🤷‍♂️. Esta nueva y letal enfermedad respiratoria tampoco les generó miedo suficiente así que decidieron arriesgarse y de todos modos “armar planes” para coger en pareja o en grupo, como fuera, no los iban a detener, pues de qué más iban a vivir, el cuerpo no podía estar en cuarentena por más que la buena moral haya inundado las redes sociales (a tal extremo que algunos se atrevieron a condenar y menospreciar a la gente que sí tenía necesidad de salir a trabajar en plena contingencia).

Estoy seguro que uno que otro de los que se pusieron a condenar a otras personas sobre su actuar en el confinamiento, a la luz de la opinión pública e inquisidora de las redes sociales, aseguraba comportarse y seguir todas las reglas de “quédate en casa” pero a escondidas, en la verdad e intimidad de su celular, seguro surgieron algunas citas para sobrellevar el encierro con sexo, pues no se iba a poder soportar prolongadamente la abstinencia inducida que sugerían las medidas de aislamiento para evitar los contagios. Ése será un secreto que sólo quienes lo hicieron, saben que es verdad. Así como otros secretos que se guardan a la luz pública pues no queremos ser juzgados. Uno de tantos que seguramente esconderemos por vergüenza.

Gracias a ese extendido encierro, no les quedaría más opción más que con ojos de plato ansioso devorar la oferta de contenido sexual que abunda en la red: canales y videos de porno profesional, amateur, cuentas de sextuiteros o de lugares que permiten los encuentros sexuales clandestinos, cuentas de onlyfans, cuentas de Instagram y Facebook con fotografías sugerentes, sexting, conversaciones en aplicaciones de ligue, ya sea para matar el tiempo o para quedar en futuros encuentros, videollamadas y grupos de chats en whatsapp, todo al alcance de tu mano, para que con ella también alivianaras el estrés y la presión que causaba el encierro. 😏🤷‍♂️

Estos chats tienen nombres nombres tan variados como “sexo gay”, “orgías CDMX”, “metreros CDMX”, “chicos gay hot CDMX”, “sexo gay CDMX, Edomex y alrededores” y muchos tantos etcéteras. Los nombres pueden variar entre la clase de gustos que tengas por los hombres (osos, chavitos, etc), por la región de donde seas o por las prácticas que te de placer practicar (cruising, metreo, bareback, orgías, slamming, etc).

Generalmente acabas en un grupo de chat de este estilo, gracias a los enlaces que múltiples cuentas se encargan de difundir y que comparten el gusto y morbo por el sexo, por alguna filia en común o por el gusto de exhibirse y ver a otros hombres exhibirse en sus prolíficas carreras de actores pornos amateur admirados por la comunidad internauta que es asidua consumidora y aplaudidora de esa clase de contenidos.

Ya cuando te unes, comienzas a notar que una gran parte de tu agenda está inmiscuida en esos grupos. Sí, reconócelo, todos tus contactos que tienes gracias y por la putería andan en los mismos pasos: tus ligues en el antro o en el bar, en el metro, los que coqueteaste camino a tu casa, los de Grindr, de Hornet, el chico de Facebook o Instagram que te gustó por sus fotos provocativas y que lo agregaste y te animaste a escribirle en privado, los que conoces en la escuela o en el trabajo… varios números y nombres comienzan a aparecerte en común. ¡Vaya! Qué mustios serían algunos y qué escondidito se lo tenían, porque les gusta guardar apariencias y no dan a demostrar su afición por la diversidad que hay en el morbo y en las muchas maneras que los gays se las han ingeniado para contactar.

Si llegas a ser parte de alguno de estos grupos de chats, tantito es lo que te descuidas y dejas de ver las notificaciones cuando ya la comunidad de ese grupo saturaron de mensajes, de saludos, de preguntas para ver “dónde se arma plan” (para coger, entre dos o varios) y fotos de desnudos, “packs”, vídeos de hombres cogiendo, conocidos y no conocidos, acercamientos en fotos o en video para mostrar los “talentos”, cómo áquel bombea deliciosamente o furiosamente al otro, se toman fotografías de persepctiva para que las nalgas o el miembro luzca de mayores proporciones, se alaban los atributos, mandan descripciones y fotos para concretar un encuentro.

Existen los miembros más discretos, los que no quieren ser descubiertos y que sólo están ahí mirando la dinámica de todos los demás, cual voyeur que amasa su miembro que comienza a erectarse de ver a otros cumplir sus deseos carnales y solo está ahí, en un rincón, callado, observando y disfrutando, así pueden ser estos miembros discretos. A veces no hacen públicos sus gustos, participaciones y descripciones de personas porque su entorno no lo sabe, por timidez o porque no desea que se les relacione con los gustos aún culposos que todavía causan arqueo de cejas entre algunas personas.

Y están siempre los más abiertos o los más exhibicionistas, a lo que poco les importa el qué dirán, ellos quieren satisfacer lo que le marque sus instintos a toda costa y no tienen reparo en compartir su intimidad a un grupo numeroso de expectadores, así no sepan quién está del otro lado de la pantalla, así van y vienen sus desnudos explícitos aunque se les reconozca la cara.

Aseguran que son libres y no hay nada que temer y hoy en día con la tecnología, difícil es no saber algo de alguien o que todo termine por coincidir y es cierto, muchos caminos nos llevan a conocer realmente a las personas, generalmente lo llegamos a descubrir por los enlaces y gustos que creían ocultos en los historiales que vamos dejando en la red, como rastros, que muchas veces llegan a un mismo punto en común.

Ellos, los más abiertos son los que generalmente condenan a los más tímidos y ocultos, les incitan a que digan sus nombres, a que tengan fotos de perfil o compartan algo de información en esa comunidad o de lo contrario serán eliminados, se les invita a que envíen su propio contenido sin ningún tapujo.

No sé si estas personas nunca se hayan puesto a pensar o estén olvidando que en estas personas existe el temor suficiente y justificado a ser evidenciado, extorsionado o afectado en el futuro por esas fotografías o videos de desnudos o practicando sexo. Lamentablemente se ha visto en otras ocasiones que gracias al mal uso que ejercen personas ojetes con este material para dañar la reputación de alguna persona por cualquier razón que se le ocurra y como no vivimos en sociedades lo suficientemente avanzadas con temas de sexualidad, este contenido compartido a veces genera represalias, críticas, burlas, acosos y mucho daño moral.

Para las personas acostumbradas a tener una vida sexual activa en el exterior así como para muchos, la cuarentena ha sido un suplicio en muchos sentidos: en el económico, en lo laboral, en lo personal, en el aburrimiento que genera por no poder salir a hacer las actividades usuales de esparcimiento, es más, ha afectado hasta en lo sexual. Muchas personas expresan sus ganas de que la normalidad regrese y que la lujuria de los cuerpos vuelva a vivirse con la normalidad y frecuencia de siempre.

--

--

Capital Uno

Somos una agenda digital que promovemos el arte y la cultura de México para el mundo, temas de actualidad y sociedad y del mundo del internet.